John Danforth llama a la Iglesia Episcopal a un ministerio de recuperación para EE.UU.

El sacerdote y ex senador presenta a los obispos un plan que trasciende las consignas

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Sep 16, 2016

John Danforth le firma un ejemplar de su libro La relevancia de la religión: cómo los fieles pueden cambiar la política [The Relevance of Religion: How Faithful People Can Change Politics] al obispo de la Diócesis de Nueva York Andrew Dietsche, luego de la presentación de Danforth el 16 de septiembre ante la Cámara de Obispos. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

John Danforth le firma un ejemplar de su libro La relevancia de la religión: cómo los fieles pueden cambiar la política [The Relevance of Religion: How Faithful People Can Change Politics] al obispo de la Diócesis de Nueva York Andrew Dietsche, luego de la presentación de Danforth el 16 de septiembre ante la Cámara de Obispos. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

[Episcopal News Service – Detroit, Michigan] Pidiendo “un amplio ministerio para Estados Unidos”, John Danforth, ex senador republicano por Misurí, llamó a la Iglesia Episcopal el 16 de septiembre a combinar sus voces profética y pastoral en “un ministerio de recuperación para una nación que necesita recuperarse”.

Danforth, sacerdote episcopal, abogado y autor, que fue miembro del Senado de EE.UU. de 1976 a 1995, le dijo a la Cámara de Obispos que “este viejo político sabe que Estados Unidos nos necesita; este devoto episcopal cree que Jesús nos llama” a actuar audazmente en el presente clima político y cívico.

Los episcopales “deberían de ser evangelistas para todos los estadounidenses, especialmente para los estadounidenses más idealistas, los jóvenes que quieren cambiar el mundo. Deberíamos de ser las voces que les llaman a hacer exactamente eso”, dijo él.

El llamado a los episcopales a llevan a cabo este ministerio puede verse como una oportunidad creada por las actuales circunstancias en Estados Unidos, o como el deber patriótico de los ciudadanos, o como un llamado de Dios, o como las tres cosas, afirmó Danforth.

El ex senador y embajador ante las Naciones Unidas lamentó lo que ve como la tendencia de los políticos a recurrir al miedo de la gente y a capitalizar la tendencia de la sociedad de valorar el interés personal por encima del bien común. Danforth arguyó que Estados Unidos ha perdido de vista el compromiso de sus fundadores con lo que ellos llamaron “virtud”, que el definió como poner el bien común por encima del interés personal. La Iglesia Episcopal debe llamar a la gente a recobrar esa virtud porque al parecer nadie más lo hace, añadió.

“El modelo para nosotros es la cruz, que es lo opuesto del egocentrismo”, subrayó Danforth.

Si Jesús nos llama a amar a nuestros enemigos, dijo él, entonces deberíamos por seguro amar a las personas con ideas opuestas [a las nuestras]”. “Un adversario político no es un enemigo, no en este país”, dijo él, añadiendo que el odio es lo que está perturbando la política actual.

El ex senador John Danforth (R-Misurí), que es sacerdote episcopal, al centro, habla con el obispo de Chicago Jeffrey D. Lee, a la izquierda, y con el obispo de Misurí Wayne Smith antes de la presentación de Danforth, el 16 de septiembre, ante la Cámara de Obispos. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

El ex senador John Danforth (R-Misurí), que es sacerdote episcopal, al centro, habla con el obispo de Chicago Jeffrey D. Lee, a la izquierda, y con el obispo de Misurí Wayne Smith antes de la presentación de Danforth, el 16 de septiembre, ante la Cámara de Obispos. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

Él le presentó a los obispos un triple plan para lo que, según él, debía ser un ministerio de reconciliación. En primer lugar, la Iglesia debe adoptar y anunciar un mensaje claro acerca de “lo que precisamente nos proponemos hacer” y “crear una declaración breve y clara de lo que hemos de hacer”. En segundo lugar, la Iglesia debe crear y procurar tácticas para poder implementar el mensaje, porque “tenemos que ser más que una consigna”. En tercer lugar, “nuestro Obispo Primado nos brinda una oportunidad única de hablar más allá de nuestros muros” y debe facultársele a hacerlo.

“Él es un talento especial y no debemos enterrar este talento”, dijo Danforth. “No he conocido a nadie en la Iglesia Episcopal que esté más preparado para predicar el evangelio al mundo que nuestro Obispo Primado”.

Mientras los obispos empezaban a aplaudir, Danforth añadió: Hagámoslo el rostro público de la Iglesia. Cada día que [él] pasa en la oficina sería mejor que lo invirtiera en el camino. Debemos liberarlo de responsabilidades administrativas y ‘eclesiásticas’ y encontrar medios de presentarlo ante el gran público”.

Danforth reconoció que los episcopales no están de acuerdo sobre cuándo la Iglesia debe alzar su voz profética y cuando debe usar su voz pastoral.

Puso el ejemplo de un grupo de clérigos que se enfrentó con agentes de la policía exigiéndoles que se arrepintieran públicamente luego de la muerte violenta de Michael Brown en Ferguson, Misurí. Esa exigencia puede haber parecido profética, dijo él, pero prejuzgaba los hechos y asumía que esos agentes estaban necesitados de arrepentimiento. Un enfoque pastoral habría supuesto que los agentes eran buenas personas y habría apelado a su bondad, explicó él.

La obispa de la Diócesis de Washington Mariann Budde, a la izquierda; la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings; y la Rda. Kim Jackson, capellana del Centro Episcopal “Absalom Jones” de Atlanta, Georgia, discuten sus respuestas a la presentación del ex senador John Danforth ante la Cámara de Obispos el 16 de septiembre. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La obispa de la Diócesis de Washington Mariann Budde, a la izquierda; la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings; y la Rda. Kim Jackson, capellana del Centro Episcopal “Absalom Jones” de Atlanta, Georgia, discuten sus respuestas a la presentación del ex senador John Danforth ante la Cámara de Obispos el 16 de septiembre. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

La obispa de la Diócesis de Washington Mariann Budde; la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings; y la Rda. Kim Jackson, capellana del Centro Episcopal “Absalom Jones” de Atlanta, Georgia, formaron un panel para responder a los comentarios de Danforth.

Budde se mostró de acuerdo en que la gente está anhelosa de la voz profética. Añadió que muchos, si no la mayoría, de esas personas viven en las márgenes de la sociedad, no en el centro privilegiado. Agregó que ella lucha por discernir cuando se necesita la voz profética, y cuando es adecuada la voz pastoral. “Yo sí sé que la voz profética es usualmente lo que nos consigue las monedas, porque nadie renuncia al privilegio cuando se le pide”, dijo. “Usualmente ha de exigirse, y ha de exigirse de tal manera que al principio siempre resulta ofensivo”.

Jackson convino en ello, diciendo que muchas veces “el bien común no ha incluido a muchísima gente”. En consecuencia, dijo, ella ve gran parte de su ministerio abogando en la Legislatura de Georgia y en otras partes, porque, como joven seminarista y sacerdote, se sintió inspirada y recibió un ejemplo de defensa social en la obra de la Iglesia. Y aprendió que esa defensa social tiene que ver con las relaciones.

“Creo que eso es lo que hacemos como Iglesia”, añadió. Resolvemos cómo hablarles a las personas que son diferentes a nosotros, cómo transigir, pero también cómo aunar esfuerzos aunque podamos encontrarnos en campos diferentes”.

Jennings dijo que la presencia de la Iglesia Episcopal en 17 países significa que el llamado de Danforth podría vivirse en muchos sistemas políticos distintos.

Ella también replicó una de las sugerencias del senador de que la Iglesia dedica demasiado tiempo a la aprobación de resoluciones que según él no tienen mayor importancia al final. “Podemos ayudar a cambiar el tono [del debate político] y también podemos abogar”, dijo ella.

“Probablemente a veces nos metemos en asuntos que tal vez sería mejor que se los dejáramos a otros, pero cuando elegimos ciertas posturas de defensa [o promoción] social, mi experiencia ha sido que hemos podido cumplir nuestro pacto bautismal de buscar y servir a Cristo en todas las personas y de respetar la dignidad de todo ser humano”, afirmó Jennings.

La Cámara de Obispos está reunida en el Hotel Westin Book Cadillac de la zona céntrica de Detroit. Algunos obispos y otras personas están enviando mensajes por Twitter valiéndose de la almohadilla (hasshtag) #hobfall16.

Otros artículos de ENS sobre este evento pueden encontrarse aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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