Adolescentes, no adultos, son la vanguardia de los episcopales en las protestas y marchas en contra de la violencia armada

Por Amy Sowder
Posted Mar 1, 2018

Una alumna del último año de la escuela secundaria  Marjory Stoneman Douglas llora frente a una cruz y una estrella de David en memoria de Meadow Pollack, una víctima de la masacre, mientras una compañera de clase la consuela, en un acto conmemorativo por la escuela de Parkland, Florida, el 18 de febrero. Foto de  Jonathan Drake/Reuters.

[Episcopal News Service] Sarah Jacobs, de 17 años, no se siente segura.

Después de la masacre que tuvo lugar en una escuela de la Florida el 14 de febrero, la alumna del último año de la escuela secundaria Fishers, en un suburbio de Indianápolis, Indiana, dijo que ninguna escuela está ya a salvo de la violencia armada, y que eso no es justo.

Jacobs asiste la iglesia episcopal de San Cristóbal [St. Christopher’s Episcopal Church] en Carmel y es miembro del comité directivo de los jóvenes de la Diócesis de Indianápolis. Su comité decidió durante una teleconferencia el 25 de febrero conversar durante el retiro de jóvenes, del 3 al 4 de marzo, acerca de cómo se sienten sobre lo sucedido, lo que pueden hacer al respecto y compartir las oportunidades.

Ella espera asistir a la Marcha por Nuestras Vidas convocada por estudiantes de toda la nación para el 24 de marzo en Washington D.C., mientras otros adolescentes participarán en marchas locales que tendrán lugar el mismo día en toda la nación.

“Querríamos pensar que eso no afecta nuestra zona, pero sí la afecta. No se trata sólo de ‘esa’ gente. Puede sucederle a cualquiera, en cualquier lugar”, le dijo  Jacobs a Episcopal News Service recién salida de clases.

En la escuela de Jacobs y en otras de todo el país, los adolescentes se disponen a suspender las clases el 14 de marzo a las 10:00, durante 17 minutos, un minuto por cada persona que murió en la escuela del sur de la Florida.

Han pasado dos semanas desde que 17 personas —entre ellas 14 adolescentes— fueran asesinados el 14 de febrero por un ex estudiante de la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, con un AR-15, un fusil de asalto semiautomático, que era legalmente de su propiedad.

Desde entonces, adolescentes y niños episcopales se encuentran entre la oleada de jóvenes de todos los Estados Unidos que, motivados por la masacre más reciente, se disponen a protestar, marchar y reclamar una legislación seria sobre las armas de fuego. Nicholas Cruz, que está acusado de la masacre de Parkland, utilizó el mismo tipo de fusil que se han usado en otros asesinatos en masa, particularmente en un tiroteo de 2012 que dejó un saldo de 27 personas  muertas en la escuela primaria de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut.

Audrey Scanlan, obispa de la Diócesis de Pensilvania Central, se unirá a un grupo de jóvenes que se congregarán y marcharán hasta el capitolio estatal en Harrisburg el 24 de marzo. El clero está invitado a asistir, revestido de sotanas para que resulte un testimonio claro y visible, dijo ella. El sitio web de la diócesis, dispone de materiales sobre cómo responder a la violencia armada, y su página de Facebook será actualizada con los eventos locales. También habrá manifestaciones en York, en Lancaster y posiblemente en Williamsport, añadió. Más de 1.000 personas expresaron interés en el evento de Harrisburg y más de 4.000 en el de Lancaster.

Aunque la marcha en Washington D.C. es sólo a un par de horas de diferencia, Scanlan quiere que se mantenga local. “La sola idea de que esto lo organizan los estudiantes es tremenda, y yo quiero apoyar a nuestros jóvenes en nuestras escuelas, donde vivimos, lo cual creo que es más importante”, apuntó.

Siempre que se produce un tiroteo en una escuela, Scanlan recuerda la masacre de 2006 en West Nickel Mine, Pensilvania, donde un pistolero agredió a tiros a 11 personas en una casa escuela de los amish y mató a cinco niñas.

Luego, con respecto a este movimiento de jóvenes, Scanlan se refiere al pasaje de Isaías 11:6 , “un niño pequeño los guiará”

“Nosotros como adultos tenemos la responsabilidad de crear y mantener una sociedad justa y pacífica, y estamos fracasando. Nuestra sociedad está fracturada y la violencia armada es uno de los síntomas. Cuando nuestros niños se levantan, yo no puedo hacer otra cosa que seguirlos. Merecen mi apoyo”, afirmó Scanlan.

El Rdo. Mark Sims, rector de la iglesia episcopal de Santa María Magdalena  [St. Mary Magdalene] en Coral Springs, Florida, les pide a las personas que respeten a los adolescentes durante este momento difícil y que escuchen lo que tienen que decir. Una de las víctimas de la masacre de la escuela, Carmen Schentrup, una líder del grupo de jóvenes de 16 años, pertenecía a su parroquia.

El cuerpo estudiantil de la escuela de San Eduardo [Saint Edward’s School] en Vero Beach, Florida, no está haciendo una declaración pública, dijo Monica Jennings, la portavoz de la escuela episcopal.

“Puede haber estudiantes individuales que estén interesados en participar, pero en este momento, la escuela como un todo no está tomando ninguna decisión específica más allá de la comunicación interna con nuestros profesores y las familias”, dijo Jennings a ENS. La escuela actualiza y reevalúa constantemente los procedimientos de seguridad en el campus, un proceso que ya estaba funcionando en el momento de la tragedia de Parkland, señaló ella.

Varias escuelas episcopales no respondieron a las indagaciones de ENS en que solicitaban comentarios, entre ellas la escuela episcopal de Jacksonville, Florida, donde el director fue víctima en 2012 en un caso de asesinato-suicidio cometido por un maestro recién despedido.

Sin embargo, la Asociación Nacional de Escuelas Episcopales se ha puesto en contacto con líderes docentes y ha sabido que muchos de ellos irán en autobús a Nueva York o a Washington para participar en las marchas del 24 de marzo, dijo Jonathan Cooper, director de comunicaciones de la asociación. La escuela diurna episcopal de San Esteban [St. Stephen’s Episcopal Day School] una escuela en Coconut Grove, Florida, que tiene alumnos desde preescolar para niños de 3 años hasta quinto grado, está enviando tarjetas a los alumnos mayores de la secundaria Marjory Stoneman Douglas dijo él.

Aquí están algunas de las tarjetas dibujadas a mano que estudiantes del colegio diurno de San Esteban, en Coconut Grove, Florida, para alumnos desde pre escolar hasta quinto grado, están enviando a los estudiantes mayores de la secundaria Marjory Stoneman Douglas. Foto cortesía de la Asociación Nacional de Escuelas Episcopales.

Líderes de la Diócesis de Washington y de la Catedral Nacional de Washington están tratando de conectarse con grupos de jóvenes, clérigos y laicos episcopales de fuera de la ciudad que quieran traer estudiantes a participar en la manifestación del 24 de marzo a quienes les ofrecerán hospitalidad y alojamiento con iglesias y miembros locales.

El Ministerio de Promoción Social Luterano Episcopal de Nueva Jersey  [Lutheran Episcopal Advocacy Ministry of New Jersey] está organizando autobuses para el D.C. de manera que miembros de la Diócesis de Newark, la Diócesis de Nueva Jersey Jersey y el Sínodo de Nueva Jersey de la Iglesia Luterana puedan participar en la Marcha por Nuestras Vidas. Están alentando a las iglesias a enviar adolescentes con un acompañante adulto por cada cinco jóvenes.

El obispo de Nueva Jersey,  William Stokes (“Chip” ) invita a los episcopales, jóvenes y viejos, de toda la Iglesia a participar en eventos locales y nacionales.

“Al igual que tantísimas personas en todo el país, los miembros de Obispos Unidos Contra la Violencia Armada estamos enormemente agradecidos a los jóvenes de la escuela secundaria [Marjory] Stoneman Douglas y a sus homólogos de todo el país, que están encabezando un renovado movimiento para ponerle fin a la violencia armada en este país. Estamos comprometidos a estar en solidaridad y angustia con ellos y a respaldar sus empeños”, dijo Stokes.

El mismo día, el 14 de marzo, en que las escuelas planean llevar a cabo su suspensión de clases, al menos siete diócesis estarán ofreciendo oficios del Día de Lamentación, organizados también por miembros de Obispos Unidos Contra la Violencia Armada. La catedral episcopal de La Trinidad [Trinity Episcopal Cathedral] en Trenton, Nueva Jersey, será el sitio de un oficio de oración y ayuno de 12 horas de duración.

Como líder de la Fraternidad Episcopal de la Paz  [Episcopal Peace Fellowship] la Rda. Allison Liles tiene una teleconferencia semanal con unos 50 grupos nacionales para la prevención de la violencia armada. La fraternidad ha tenido un arduo trabajo adicional por esta causa en los últimos cinco años, desde Sandy Hook, dijo ella.

 “Pero la masacre en esta escuela de la Florida ha provocado algo en el país que no había sucedido antes. Pienso que hemos pasado de la desesperación y la tristeza a la ira y la acción”, dijo Liles a ENS. “Y ese ha sido el caso para muchísimos estadounidenses”.

La abuela de Liles, de 87 años, la llamó al día siguiente de la masacre de Parkland desde su casa de Alabama, luego de ver a una mujer con la cruz de ceniza en la frente doblada por el dolor. La masacre del 14 de febrero fue el Miércoles de Ceniza, así como el Día de San Valentín. Su abuela, republicana de toda la vida y partidaria de la NRA [Asociación Nacional del Fusil] quería que Liles le enviara sus sermones y pláticas sobre la violencia armada.

“Habíamos acordado de siempre no hablar sobre ciertos temas, y este era uno de ellos”, dijo Liles. “Oír eso de ella, pedirme que la ayudara a luchar por un cambio, me hizo darme cuenta de que algo era diferente esta vez”.

El sitio web de su fraternidad ofrece 10 medidas que una iglesia puede tomar para reducir la violencia armada, así como liturgias sobre la violencia armada que clérigos y líderes laicos pueden adaptar a sus propios sermones y pláticas.

Antes que Liles, su marido y sus dos hijos se mudaran a Dallas, Texas, en agosto, vivían en Virginia, donde cada año el Día de Martin Luther King, desde que ellos estaban en cochecitos, ella llevaba a sus hijos a una vigilia interreligiosa, a una manifestación y a un día de cabildeo en el jardín del capitolio de Richmond. Ellos oraban en el césped del capitolio y luego se reunían con los legisladores para hablar sobre la prevención de la violencia armada.

“Creemos que es realmente importante enseñar a los niños a que sepan orar con sus pies. Queremos vivir nuestra fe no sólo en la casa y en la iglesia, sino en la esfera pública”, explicó Liles.

La Rda. Allison Liles, directora ejecutiva de la Fraternidad Episcopal de la Paz, llevaba a sus hijos, Pailet, de 6 años, y Hill, de 9, a las manifestaciones para la prevención de la violencia armada todos los días de Martin Luther King en el capitolio de Richmond, Virginia, cuando ellos vivían cerca, para enseñarles la defensa de la justicia desde el comienzo. Foto de la Rda. Allison Liles.

En estos días, cundo ella y su marido llevan a su hija, Pailet, de 6 años, y a su hijo Hill, de 9, a la escuela, enfatizan la seguridad en sus oraciones diarias por sus hijos. Liles insta a la gente a vencer el miedo de abordar un tema tan controvertido en la iglesia, donde muchos creen que debe evitarse la política.

“Pero es un asunto de vida o muerte, luego es un asunto de fe, y nos corresponde a nosotros quitar el estigma que dice que la violencia armada no es algo de que podamos hablar en las iglesias”, dijo Liles.

Victoria Hoppes, coordinadora de ministerios con y para los jóvenes de la Diócesis de Indianápolis, está ayudando a adolescentes como Jacobs a organizar el viaje a Washington D.C. Desde que este movimiento empezó, todos los coordinadores del ministerio diocesano de los jóvenes han estando en conversaciones al respecto, expresó Hoppes.

“Creo que estamos trabajando con una generación que quiere ver un cambio positivo y que está dispuesta a ser una voz en pro del cambio positivo. Y no siempre le damos voz y espacio para que actúe. Este es un movimiento de jóvenes, luego debemos darles espacio para que lo dirijan”, dijo Hoppes a ENS.

El deseo de hacer algo surge directamente de los adolescentes y no es instigado por los adultos, agregó.

Las palabras y las acciones de la juventud episcopal están mostrándoles a los episcopales adultos cómo vivir el pacto bautismal en el mundo, dicen los líderes de la Iglesia.

“Estoy realmente agradecida de nuestros chicos [y chicas] en las iglesias que reconocen que no son demasiado jóvenes para no preocuparse”, dijo Liles. “Esa es la narrativa que los estudiantes de la Florida están mostrando. Son jóvenes, pero no demasiado jóvenes para no preocuparse. Sus voces importan”.

Lea más sobre el tema

Una lista creciente de materiales de la Iglesia Episcopal para confrontar la violencia armada puede encontrarse aquí.

— Amy Sowder es corresponsal especial de Episcopal News Service y escritora y redactora independiente radicada en Brooklyn. Puede dirigirse a ella en amysowderepiscopalnews@gmail.com. La redactora  Frances Schjonberg colaboró con este informe. Traducción de Vicente Echerri.


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