Al concluir el EYE 17, los ‘pacificadores’ se encaminan a casa

El Monumento Conmemorativo y Museo Nacional de Oklahoma City deja una perdurable impresión

Por Lynette Wilson
Posted Jul 14, 2017

Más de 1.300 adolescentes se reunieron mientras se ponía el sol en el Monumento Conmemorativo Nacional de Oklahoma City para una vigilia con velas. Foto de Lynette Wilson/ENS.

[Episcopal News Service – Edmond, Oklahoma] Mientras el sol comenzaba a ponerse el 12 de julio en Oklahoma City, los jóvenes episcopales se reunieron por diócesis y desfilaron en procesión desde la catedral de San Pablo  [St. Paul’s Cathedral] a lo largo de cuatro cuadras de la Avenida Robinson Norte hasta el Monumento Conmemorativo Nacional de Oklahoma City para una vigilia con velas.

La vigilia tuvo lugar luego de una visita al museo del monumento, que traza el cronograma que empieza treinta minutos antes del 19 de abril de 1995, cuando una bomba mató a 168 personas e hirió a otras 680, hasta la ejecución de Timothy McVeigh en 2001.

“De la manera en que está montada, uno se mueve a través del tiempo y es una cosa pasmosa”, dijo Kiera Campbell, de 16 años, miembro del comité de planificación del Evento de la Juventud Episcopal 2017 de la Diócesis de Olympia. “Es sorprendente ver cómo una ciudad aunó esfuerzos y como [los habitantes de] una ciudad pudieron encontrar la paz entre sí”.

Mil trescientos jóvenes de 90 de las 109 diócesis de la Iglesia Episcopal asistieron al 13er. Evento de la Juventud Episcopal que tuvo lugar del 10 al 14 de julio en la Universidad de Oklahoma Central en Edmond, a 20 minutos en auto del centro de Oklahoma City. Las Bienaventuranzas, particularmente Mateo 5:9 “Bienaventurados los pacificadores porque ellos serán llamados hijos de Dios”, inspiraron el tema del EYE 17, “Camino hacia la Paz”. (Estuvieron ausentes algunos jóvenes de la IX Provincia, las diócesis de América Latina y el Caribe, a quienes les denegaron visas para entrar en Estados Unidos).

Adolescentes que asistieron al Evento de la Juventud Episcopal 2017 en Edmond, Oklahoma, visitaron el 12 de julio el Monumento Conmemorativo y Museo Nacional de Oklahoma City. Aquí se ve a un grupo en la Galería de Honor, donde cuelgan de los muros las fotos de las 168 personas [que murieron en el atentado terrorista], 19 niños entre ellos. Foto de Lynette Wilson/ENS.

La noche antes de la visita al museo y de la vigilia, los supervivientes del atentado terrorista compartieron sus experiencias personales con los jóvenes en una sesión plenaria en el campus. Durante la vigilia con velas, los jóvenes se sentaron sobre la hierba frente a las 168 sillas vacías —19 más pequeñas para los niños— que representan a cada una de las víctimas. Un estanque espejo se tiende entre dos pilares que marcan las 9:01 y las 9:03, aislando el minuto, 9:02 A.M. en que el camión bomba explotó y destruyó el edificio federal Alfred P. Murrah.

Esa fue la historia, pero más importante aun es la respuesta humana y su perdurable impacto que el obispo de Oklahoma Ed Konieczny quería que los jóvenes experimentaran. El atentado terrorista, dijo él, aglutinó a la gente de Oklahoma en un espíritu de unidad, en lo que se convirtió en la llamada “Norma de Oklahoma,” que perdura hasta hoy.

“Si uno viene a Oklahoma y se convierte en oklahomense [el relato] llega a ser parte de quien eres, porque de muchas maneras fue un gigantesco punto de inflexión, no sólo para Oklahoma City, sino para el estado”, dijo Konieczny, que era sacerdote en Texas en el momento del atentado.  “Fue un hecho infortunado, pero energizó y sacó a relucir todo lo bueno de la gente de Oklahoma City y de Oklahoma…y eso no se detuvo”.

Fotos de las víctimas que se exhiben en la Galería de Honor, lo último que se muestra en el Monumento Conmemorativo y Museo Nacional de Oklahoma City. Foto de Lynette Wilson/ENS.

Aunque los jóvenes no habían nacido aún en 1995 —sus edades oscilan entre los 13 y los 18 años— viven en un mundo cada vez más violento. Por esa razón, Konieczny quería coauspiciar el EYE17 en su diócesis y compartir la historia de Oklahoma City como un ejemplo de paz y resistencia.

“El evento es relevante porque les ayuda a ver todas las otras cosas que ocurren en nuestro mundo y en nuestra sociedad y los otros incidentes de violencia  que tienen lugar, Columbine o Virginia Tech o Florida. Parece como si todos los días hubiera algo más, algo grande, algo pequeño, “, afirmó él. “Espero que el relato sea que tenemos que hacer algo al respecto. Y ellos tienen la capacidad de hacer eso… El mensaje de esto no va a ser la bomba. El mensaje de esto es la vida, y que vamos a poner nuestra fe donde nuestra fe debe estar, y vamos a levantarnos en pro de la justicia y a decir no, no vamos a vivir de esta manera, vamos a hacer algo diferente”.

Responder a la violencia y el odio con amor está contenido en el mensaje del Camino hacia la Paz.

“La realidad es que el odio no funciona y que la violencia no funciona. Los seres humanos fueron hechos por amor, porque creo que Dios es amor, y fuimos creados para amar y la vida sólo funciona cuando amamos. Y este monumento memorial es un doloroso recordatorio de que el odio hiere y agrede, y que no fuimos hechos para eso”, dijo el obispo primado Michael Curry en el sitio del monumento conmemorativo. “Hemos sido puestos sobre la tierra para encontrar un camino mejor. Para encontrar la vida y el amor para todo el mundo, y en consecuencia venir a este monumento de recordación y estar aquí en este día es una oportunidad de ser nuevamente consagrados y dedicados a crear un mundo donde rija el amor”.

Hubo alguna diversión en el EYE17. Aquí, el Rdo. Tim Schenck, a la izquierda, rector de la iglesia episcopal de San Juan Evangelista en Hingham, Massachusetts, y el Rdo. Scott Gunn, director ejecutivo del Movimiento Adelante, aparecen sentados mientras Sierra Palmer, de la Diócesis de Kansas deposita un voto por uno de los dos santos. Santa Quiteria derrotó a San Longino, 72 a 28 por ciento, y será incluida en la Locura de Cuaresma 2018. El resto de los santos que aparezcan en la selección del próximo año se anunciará en noviembre. Foto de Lynette Wilson/ENS.

Hace un año, los 16 miembros del comité de planificación de la juventud del EYE17 visitaron Oklahoma City y el museo y monumento conmemorativo para tener una impresión de lo que experimentarían sus compañeros. Inmediatamente, les resultó obvio que la historia de Oklahoma City es una que “todo el mundo debe oír”, dijo Andrés González Bonilla, de 16 años, de la Diócesis de Arizona y quien sirvió en el equipo de planificación de liturgia y música. La respuesta de la ciudad a un acto de terrorismo  nacional es “una historia trágica, pero hermosa y conmovedora”.

“El equipo de planificación de la misión del EYE comenzó a concebir lo que podría ser este evento hace más de 18 meses. Basaron el evento en el evangelio de Mateo y en las Bienaventuranzas”, dijo Bronwyn Clark Skov, directora episcopal de formación, jóvenes y jóvenes adultos, que supervisa nuestro ministerio. “Estamos cautivados con todo el programa, pero también, debido a lo que ha estado sucediendo en el mundo, en realidad estamos a tono con “bienaventurados los pacificadores’”.

El evento trienal de la juventud, un mandato de la Convención General, atrajo en total a 1.400 personas, entre ellas a 35 obispos, así como acompañantes, capellanes, médicos y otros voluntarios. Cada predicador, orador,  expositor y sesión práctica presentó el tema de una u otra manera.

El obispo primado Michael Curry predicó y presidió la eucaristía de apertura del EYE17. Foto de Lynette Wilson/ENS.

Curry predicó durante la eucaristía de apertura del 11 de julio y más tarde ese día ofreció dos talleres consecutivos sobre el ¨Movimiento de Jesús” seguidos por un período de preguntas y respuestas. Otros oradores, entre ellos la presidente de la Cámara de Diputados, Rda. Gay Clark Jennings, obispos, miembros del personal denominacional de la Iglesia Episcopal, representantes de la Agencia Episcopal de Ayuda y Desarrollo, Forma, Cuerpo Episcopal de Servicios y otros, ofrecieron talleres que iban desde la defensa social hasta la comunicación no violenta en un mundo violento, pasando por vivir en comunidades  orientadas como caminos hacia la paz.

“Creo que el ‘camino hacia la paz’ se ha expresado de maneras muy diferentes durante este evento, y mi esperanza es que haya sido lo bastante contagiosa para que cuando todos los jóvenes regresen a sus casas luego de este evento comiencen a contar el relato de lo experimentado aquí y que lo que han aprendido aquí los capacite para actuar realmente por su propio bien y derecho y [siguiendo] la inclinación divina a hacer algo”, dijo Skov.

Durante una conferencia de prensa el 11 de julio, Trevor Mahan, de la Diócesis de Kansas y miembro del comité de planificación, dijo que los jóvenes habían concebido deliberadamente el evento para presentarle los jóvenes al liderazgo de la Iglesia y a la Iglesia Episcopal en su ámbito denominacional, ofreciendo medios ulteriores de participación en todos los niveles.

Campbell, colega del equipo de planificación de Mahan, de la Diócesis de Olympia, se mostró de acuerdo.

“Queremos que las personas puedan volver a casa y conectarse con otras organizaciones episcopales”, dijo ella, y sacar a relucir el mensaje del Camino de la Paz para alentar a otros jóvenes a participar.

Konieczny ve una auténtica esperanza en los jóvenes de hoy, que son mucho más inclusivos que las generaciones anteriores.  La composición del EYE17, el grupo más diverso de todos, da fe de eso.

“Como dije en mi homilía en la vigilia, los jóvenes de hoy pueden marcar una verdadera diferencia en el mundo”, afirmó.

“Están en esa edad ahora en que sientan las bases de la manera en que su generación va a convivir, y uno ya puede ver el nivel de aceptación, inclusión y disposición a vivir en diversidad y con reconocimiento mutuo. Y eso no siempre ha sido el caso de las generaciones que nos han antecedido; esto somos nosotros y eso son ellos, y sencillamente salvemos la distancia” dijo Konieczny.

Los planes para el EYE20 ya están en marcha y, con la ayuda de una subvención del Fondo Constable, la Iglesia Episcopal celebrará el evento en América Latina.

-Lynette Wilson es jefa de redacción de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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