Políticas migratorias de Trump imponen reducción a la red de reasentamiento de refugiados de la Iglesia Episcopal

La movida ‘estratégica’  mantendrá firme al Ministerio Episcopal de Migración, dice su director

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Apr 4, 2017

Aunque ella estaba en sexto grado, Ayesh, que huyó a Turquía desde el distrito de Idlib en Siria, no está asistiendo a la escuela. Foto Shehzad Noorani/UNICEF.

[Episcopal News Service] El Ministerio episcopal de Migración (EMM por su sigla en inglés) suprimirá seis agencias de su red de filiales de 31 miembros en 2018 debido al cambio de política en EE.UU. que reducirá el número de refugiados a reasentarse en este país anualmente a más de la mitad.

Las filiales y las diócesis episcopales donde se encuentran son:

  • Refugee One en Chicago, Illinois (Diócesis de Chicago);
  • Servicios sociales Luteranos del Noreste de la Florida en Jacksonville (Diócesis de Florida);
  • Servicios sociales Luteranos de Dakota del Norte en Fargo y Servicios sociales Luteranos de Dakota del Norte en Grand Forks (Diócesis de Dakota del Norte);
  • Ascentria Care Alliance en Concord, Nuevo Hampshire (Diócesis de Nuevo Hampshire);
  • Ascentria Care Alliance en Westfield, Massachusetts (Diócesis de Massachusetts Occidental).

El EMM No reasentará refugiados a través de estas filiales durante el año fiscal 2018 (del 1 de octubre de 2017 al 30 de septiembre de 2018).

Las supresiones que se planean son un paso doloroso pero estratégicamente necesario, le dijo el Rdo. Canónigo E. Mark Stevenson, director del EMM a Episcopal News Service. Además, se producen después de otras dos recientes decisiones de reducir la presencia del EMM, una relacionada directamente con el cambio de la política migratoria del gobierno, y otra no.

“Es doloroso, es horrible, pero esperamos —y rogamos— que hayamos tomado las decisiones correctas para la salud de la totalidad de la red y para el bienestar de los refugiados”, dijo él. “Esa es nuestra preocupación fundamental”.

Luego de los decretos ejecutivos del presidente Trump sobre la inmigración que reducen el número de refugiados que pueden ser reasentados anualmente en el país a más de la mitad, el Departamento de Estado de EE.UU. ha emitido directrices a las agencias de reasentamiento para que planifiquen no más de 50.000 admisiones de refugiados en el próximo año fiscal. Los dos recientes decretos ejecutivos de Trump pueden encontrarse aquí.

Stevenson dijo que el EMM y las otras ocho agencias de reasentamiento que funcionan con contratos del gobierno federal para reasentar refugiados “están contemplando reestructurarse a fin de tener el tamaño adecuado para el año fiscal 2018”.

Las otras agencias de reasentamiento son el Servicio Mundial de Iglesias, el Consejo de Desarrollo de la Comunidad Etíope, HIAS (anteriormente conocida como la Sociedad Hebrea de Ayuda al Inmigrante), el Comité de Rescate Internacional, el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados, el Comité de EE.UU. para Refugiados e Inmigrantes, el Servicio de Migración y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. y Ayuda Mundial (Conforme a la legislación federal, los refugiados sólo pueden entrar en EE.UU. bajo el auspicio de una de estas agencias).

“Estamos viendo también cómo estructurarnos para permanecer eficientes durante el resto de este año, porque gran parte de la financiación que nos llega del gobierno federal se calcula en base al número de refugiados que ingresa en Estados Unidos”, explicó él.

Por consiguiente, cuando los refugiados no pueden entrar en EE.UU., las agencias de reasentamiento tales como el EMM reciben mucho menos dinero federal de lo que esperaban. Esa reducción también hace más difícil proporcionar los servicios regulares a los refugiados que ya están asentados en EE.UU.

Los administradores de las nueve agencias se han visto obligados a tomar decisiones para preservar la red de agencias y filiales de una manera que resulte lo mejor para los refugiados.

“Es importante para nosotros tener un sistema en que se reasiente a los refugiados donde sea seguro, donde sea rentable, donde les ofrezcan la oportunidad de prosperar como nuevos estadounidenses”, dijo Stevenson.

Con esos intereses en mente, dijo él, cada agencia ha estado tomando decisiones basándose en donde  ahora funciona, donde funciona en sociedad con otras agencias y donde, las nacionalidades que se esperan de futuros refugiados, los refugiados anteriores, han creados comunidades que puedan sostener a los recién llegados.

“No queremos dejar a una comunidad completamente tambaleante”, expresó Stevenson.

El Rdo. Canónigo  E. Mark Stevenson y el personal del Ministerio Episcopal de Migración se reunió para un retiro en el Centro Denominacional de la Iglesia Episcopal en Nueva York al tiempo que el EMM y las otras ocho agencias de reasentamiento de refugiados en Estados Unidos se enfrentan a reducciones presupuestales debido al cambio de la política de EE.UU. sobre el ingreso de refugiados. Foto del EMM vía Facebook.

Un momento inquietante para el reasentamiento de refugiados

Las últimas siete y media semanas han sido difíciles e impredecibles para las nueve agencias de reasentamiento.

El 27 de enero, el decreto ejecutivo inicial de Trump suspendió el ingreso de refugiados en Estados Unidos al menos durante 120 días. El decreto también decía que cuando el gobierno levante la prohibición, impondría ulteriores restricciones a refugiados potenciales de siete países de mayoría musulmana. Además, Trump dijo que, después que el interdicto concluya, él autorizaría solamente el ingreso de 50.000 refugiados en Estados Unidos en lugar de los 110.000 que se contemplaban para este año fiscal. Conforme a la ley federal, el Presidente fija la tasa máxima de refugiados a los que les será permitido reasentarse en Estados Unidos. Las nueve agencias se habían acondicionado con personal y oficinas para reasentar el número mayor de refugiados.

El juez federal de distrito James Robart de Seattle impuso una suspensión temporal al decreto de Trump el 6 de febrero, dejando el programa de admisión de refugiados del Departamento de Estado en el limbo. Trump emitió su segundo decreto ejecutivo el 6 de marzo, en el que quitaba a Irak de la lista de siete países y parafraseaba su primer decreto en un intento de evitar nuevas alegaciones de que violaba la garantía de libertad de cultos de la Constitución de EE.UU. El nuevo decreto mantiene la reducción del número de refugiados que pueden ingresar en EE.UU. después que la labor se reanude.

El decreto del 6 de marzo quedó suspendido en tanto los magistrados de un tribunal federal de distrito revisan dictámenes que lo impugnan. El 29 de marzo, el juez federal de distrito Derrick Watson de Hawái emitió una suspensión más duradera del decreto. Watson había impuesto primero una restricción temporal. Este dictamen está en vigor hasta que Watson lo revoque, incluso durante el proceso de apelación, el cual el gobierno de Trump recurrió al día siguiente.

El gobierno también ha apelado el dictamen de un juez federal en Maryland que bloquea el decreto. Y Robart, el juez federal de distrito en Washington, aún no se ha pronunciado sobre las impugnaciones al segundo decreto.

El término “refugiado” tiene un significado legal específico. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados designa a una persona como “refugiado” si huye de la persecución, la guerra o la violencia. Esas personas solicitan esa designación y se consideran distintas de los inmigrantes. Pueden obtener estatus de refugiados después de que el ACNUR  aprueba su solicitud. El Ministerio Episcopal de Migración reasienta a refugiados que han recibido tal designación de la ONU, han sido remitidos por la ONU a Estados Unidos y han pasado a través de un proceso de aprobación en EE.UU.

El impacto del decreto ejecutivo en el balance del EMM es especialmente drástico porque el EMM es un ministerio singular de la Iglesia Episcopal, tanto en lo estructural como en los fiscal. Si bien no está incorporado como un organismo independiente, como es el caso de la Agencia Episcopal para Ayuda y Desarrollo, el EMM recibe muy poco dinero del presupuesto denominacional, y el 99,5 por ciento de su financiación proviene del gobierno federal. Su oficina principal se encuentra en el Centro [denominacional] de la Iglesia Episcopal en Nueva York.

Stevenson ha dicho que el 90 por ciento del dinero del contrato se destina directamente al reasentamiento de refugiados. El EMM retiene alrededor de $2 millones para gastos administrativos, incluidos los salarios de todo su personal nacional. Cualquier dinero que no se utilice se le devuelve al gobierno.

Las filiales reciben dinero a través del EMM proveniente de los contratos federales y en consecuencia se enfrentan a drásticas reducciones presupuestarias cuando no ingresan refugiados en el país. La red del EMM es una mezcla de tres tipos de afiliados. Dos son esencialmente ramas del EMM. El resto son operaciones independientes que funcionan sólo con el EMM o con el EMM y el Servicio Mundial de Iglesias o el Servicio Luterano de Inmigración y Refugiados o ambos.

Las filiales están usando reservas de efectivo, [recurriendo a] recaudaciones de fondos y a cualquier otro apoyo que el EMM pueda darles para pagar a sus empleados y cubrir alquileres y otros gastos de operaciones. El Consejo Ejecutivo de la Iglesia acordó en febrero darle al EMM $500.000 para ayudarlo a través de 2017. La agencia misma anunció recientemente una campaña de recaudación de fondos para salvar la falta de financiación.

En el año fiscal 2016, que transcurrió del 1 de octubre de 2015 hasta el 30 de septiembre de 2016, el EMM reasentó a 5.762 refugiados en Estados Unidos provenientes de 35 países, entre ellos la República Democrática del Congo, Birmania, Afganistán y Siria. Este año fiscal ya le ha dado la bienvenida a 2.766 refugiados y esperaba reasentar a 6.175 personas hasta el momento en que Trump firmó su decreto ejecutivo el 27 de enero. En total, las nueve agencias ya han asentado aproximadamente 38.000 refugiados este año fiscal, dijo Stevenson.

Desde el giro impuesto por la política del gobierno de Trump, el EMM ha reducido su personal nacional en un 22 por ciento debido a la reducción de la financiación federal. A fines de febrero anunció que cerraría su oficina de Miami que tenía más de 30 años, no debido a las decisiones del gobierno de Trump, sino debido a los cambios hechos por el ex presidente Barack Obama a la política de EE.UU. sobre migrantes cubanos.

Suprimir seis filiales de la red y cerrar la oficina de Miami equivale a una reducción de un 23 por ciento en la red, dijo Stevenson. “Confiamos que será suficiente”, añadió.

Algunas de las otras ocho agencias de reasentamiento ya han anunciado sus decisiones. Ayuda Mundial anunció a mediados de febrero que despediría a más de 140 empleados y que cerraba sus oficinas en Boise, Idaho; Columbus, Ohio; Miami; Nashville, Tennessee y Glen Burnie, Maryland.

El Servicio Mundial de Iglesias ha comenzado una campaña de recaudación de fondos de $1 millón.

La otra realidad, explicó Stevenson, es que el número reducido de refugiados y las decisiones de las agencias afectarán negativamente las economías de las ciudades de las filiales. Los dueños de casas que les alquilan a los refugiados, los empleadores que los contratan y los maestros de idiomas, el personal médico, los empleados docentes que los ayudan a integrarse en la sociedad estadounidense perderán dinero o empleos, predijo Stevenson.

“Estamos tomando las mejores decisiones estratégicas que podemos todos los días en base a la información que tenemos delante de nosotros”, afirmó él. “De manera que, dada la información de que ahora disponemos y los supuestos con que todos estamos trabajando en las nueve agencias de reasentamiento, creemos que ese ajuste en el tamaño de nuestra red nos posicionará adecuadamente para ser un sistema robusto para el reasentamiento de refugiados al concluir la suspensión y el año fiscal 2018”.

En el ínterin, Rebecca Linder Blachly, directora de Relaciones Gubernamentales de la Iglesia Episcopal, dijo a ENS que su oficina continuaría colaborando con esas personas en el gobierno que decidirán si la prohibición puede levantarse después de 120 días “a confiar en que tenemos instalado un buen proceso” para el reasentamiento de refugiados.

El comunicado de prensa oficial concerniente a la reducción puede verse aquí.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora sénior y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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