El Consejo Ejecutivo recapitula la labor del trienio 2013-2015

Temas de gobierno y justicia social acaparan la última reunión

Por Mary Frances Schjonberg
Posted Mar 24, 2015
El consejo Ejecutivo se reúne el 21 de marzo en su última sesión plenaria del trienio 2013-2015. La reunión del 19 al 21 de marzo tuvo lugar en el centro de Salt Lake City, cerca del Centro de Convenciones Salt Palace, el lugar donde sesionará la Convención General del 23 de junio al 3 de julio. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

El consejo Ejecutivo se reúne el 21 de marzo en su última sesión plenaria del trienio 2013-2015. La reunión del 19 al 21 de marzo tuvo lugar en el centro de Salt Lake City, cerca del Centro de Convenciones Salt Palace, el lugar donde sesionará la Convención General del 23 de junio al 3 de julio. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

[Episcopal News Service – Salt Lake City, Utah] El Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal durante su reunión del 19 al 21 de marzo en esta ciudad, celebró la labor realizada y se proyectó hacia el porvenir.

“Una buena cantidad de energía durante la reunión se dedicó a los problemas de la transición”, dijo la obispa primada Katharine Jefferts durante una conferencia de prensa. “El Consejo Ejecutivo revisó su labor del último trienio e hizo recomendaciones que serán aprobadas en la próxima iteración del Consejo Ejecutivo”.

“La labor del Consejo Ejecutivo ha sido intensa este trienio y creo que tienen [sus miembros] buenas razones para sentirse orgullosos de lo que han realizado”, añadió.

La Rda. Gay Clark Jennings, presidente de la Cámara de Diputados, dijo durante la conferencia de prensa que “una cosa que distingue a este Consejo es que a través del trienio” [sus miembros] han prestado una mirada crítica en lo que respecta a las funciones del Consejo y a la manera en que el Consejo puede tener un funcionamiento aun más efectivo”.

Cada uno de los cinco comités permanentes del Consejo escribió un memo a su sucesor, en el que bosquejaba el trabajo realizado, así como la labor parcialmente concluida que recomendaban continuar, y la clase saliente ha escrito un memorando semejante sobre el funcionamiento general del Consejo. La mitad de los 38 miembros termina su período este verano después de la 78ª. reunión de la Convención General.

Cuando esa reunión sesione aquí en Salt Lake City, del 23 de junio al 3 de julio, los debates sobre las estructuras de gobierno de la Iglesia Episcopal, incluido el Consejo, se destacarán de manera prominente. En una de sus últimas decisiones del trienio, el Consejo convino en publicar una respuesta a algunas de las recomendaciones del Equipo de Trabajo para Reinventar la Iglesia Episcopal

( o TREC, por su sigla en inglés). El TREC surgió de Resolución C095 de la Convención General, la cual solicitaba la creación de un comité que presentara un plan para “reformar las estructuras de gobierno y administración de la Iglesia”.

“Había pensado que podría haber un modo de encontrar consenso en torno al informe del TREC, [pero] no creo que haya mucho consenso acerca de ese informe”, dijo al Consejo John Johnson, que presidió un pequeño grupo de miembros del Consejo que redactó la respuesta, al tiempo de someter su informe a la aprobación del pleno.

Debido a esa falta de consenso, el comité hizo algunos comentarios generales acerca del informe antes de responder específicamente a lo que el TREC dijo acerca del Consejo Ejecutivo.

La declaración, cuyo texto final estará disponible en breve, decía que las resoluciones estructurales del TREC, “si bien audaces para algunos, seguían una senda con frecuencia concentrada en ahorrar dinero, pero sin una clara visión de cuál sería la misión que le permitiría llevar a cabo a la Iglesia una nueva estructura”.

La declaración decía que el Consejo está “comprometido con un cambio razonado y audaz en la estructura y el gobierno de la Iglesia Episcopal” y añadía que “el alcance de la labor del TREC puede no haber sido presentar una nueva misión audaz para la Iglesia Episcopal a escala denominacional, sino indagar con la Iglesia qué aspecto podría tener esa renovación”.

Deborah Stokes, miembro del Consejo Ejecutivo, dirige la Oración de los Fieles durante la eucaristía del 21 de marzo. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

Deborah Stokes, miembro del Consejo Ejecutivo, dirige la Oración de los Fieles durante la eucaristía del 21 de marzo. Foto de Mary Frances Schjonberg/ENS.

“¿Es la misión de la Iglesia Episcopal llevar el mundo a la Iglesia o llevar la Iglesia Episcopal al mundo y qué aspecto eso tiene en el siglo XXI?” preguntó el Consejo.

El Consejo Ejecutivo lleva a cabo los programas y políticas adoptadas por la Convención General, conforme al Canon I.4 (1)(a). El Consejo está compuesto de 38 miembros, 20 de los cuales (cuatro obispos, cuatro presbíteros o diáconos y 12 laicos) son elegidos por la Convención General, y 18 por los nueve sínodos provinciales (un clérigo y un laico cada uno) por períodos de seis años, además del Obispo Primado y el Presidente de la Cámara de Diputados [que son miembros ex oficio]. El TREC ha pedido reducir el número de miembros a 21 “para perfeccionar su eficacia como junta”.

 

El Consejo dijo que la reducción no perfeccionaría su eficacia. “Si bien entendemos la preocupación respecto a reducir los costos de gobierno, también nos preocupa que falsas economías pudieran afectar a la Iglesia a largo plazo”, decía la declaración.

El Consejo se divide en cinco comités permanentes, además de algunos subcomités ocasionales, y la declaración decía que gran parte de la labor del Consejo tiene lugar en esos pequeños grupos, “lo cual le permite al Consejo participar en un profundo debate sustantivo sobre importantes intereses fiduciarios y misionales en un grupo de tamaño manejable”.

Reducir el tamaño del Consejo “significa inevitablemente disminuir la representación y perspectivas de la Iglesia a escala denominacional”, dijo el Consejo, añadiendo que un Consejo más pequeño también significaría “disminuir su capacidad para la supervisión fiduciaria”.

La última reunión de la Convención también expresó, mediante la Resolución D016, que “es la voluntad de esta Convención mudar las oficinas centrales del centro denominacional” del edificio que la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera posee en el No. 815 de la Segunda Avenida en Nueva York(La DFMS [Domestic and Foreign Missionary Society] es el nombre legal y canónico con el cual la Iglesia Episcopal está incorporada, funciona empresarialmente y lleva a cabo la misión).

El texto final de la resolución fue notablemente enmendado durante el debate en la Convención para eliminar las instrucciones que le habrían exigido al Consejo vender o alquilar toda la propiedad y reubicar el centro denominacional “tan pronto como fuera económicamente factible”.

El Consejo ha dedicado el trienio a estudiar las implicaciones de la D016, y el 21 de marzo convino en conservar y proseguir la labor del subcomité sobre la reubicación del centro denominacional mediante la creación de un comité ad hoc del Consejo Ejecutivo para el próximo trienio.

El comité estará encargado de examinar los aspectos misionales, estratégicos y económicos de la ubicación del centro denominacional y ofrecer una recomendación final al Consejo Ejecutivo. La tarea es semejante a la del subcomité cuya labor está por terminar.

Bryan Krislock, miembro del Consejo, que copresidía el subcomité con Fredrica Harris Thompsett, dijo que el extenso “proceso de escuchar” del grupo (incluida una encuesta a escala denominacional y entrevistas individuales con “miembros clave”) mostraban que “para decirlo sin tapujos, no había consenso”. El [proceso de] escuchar “revelaba una profunda división entre los miembros de la Iglesia, no sólo específica de los miembros del Consejo sino de los miembros de la Iglesia desde el punto de vista de lo que es la mejor estrategia misional para el centro denominacional”, explicó él.

Algunos creen que no es necesario [tener] un edificio, otros dijeron que debía de haber múltiples ubicaciones, otros dijeron que debía de haber una presencia en la zona de Nueva York, pero no en la dirección actual, mientras otros pidieron una localidad más geográficamente central en Estados Unidos. Las “facciones significativas” de opinión provienen de todas partes del país, y en todos los órdenes de ministerio y tienen toda clase de relaciones con la DFMS, dijo Krislock.

El subcomité trabajó con profesionales para analizar posibles sitios alternativos y el costo que conllevaban tales mudanzas. “Tenemos una excelente información económica”, le dijo a sus colegas Harris Thompsett. “Disponemos de alguna información estratégica, pero no contamos aún con una clara orientación respecto a un centro o centros de la denominación”.

Krislock dijo que el subcomité “sigue forcejeando con las más amplias interrogantes estratégicas acerca de dónde el centro denominacional o el personal de la Iglesia debe ubicarse, como esos [sitios] interactúan con los costos y la mejor manera de evaluar la información económica que hemos recibido y analizarla de una manera significativa para preparar una última recomendación”.

Al subcomité le preocupaba que su labor hasta la fecha se perdiera en la transición entre trienios, dijo él. El grupo cree que la labor debe continuar “y no dejar la impresión de que en esencia la hemos abandonado”.

Harris Thompsett estuvo de acuerdo, añadiendo “hemos ido tan lejos como pudimos con inteligencia e integridad”.

Al preguntarle por qué el nuevo comité presentaría sus recomendaciones finales al Consejo y no a la Convención General, Krislock hizo notar que la Sociedad Misionera Nacional y Extranjera que es dueña de la propiedad del centro denominacional en Nueva York, y el Consejo, como su junta directiva, es la única entidad que puede tomar la decisión de venderla.

El subcomité no tardará en presentar un informe que se propone ser un apéndice al informe del Consejo en el Libro Azul. Ese informe no contendrá especificidades acerca de “impresiones geográficas” o información económica debido al estado incompleto de la labor del subcomité, dijo Harris Thompsett.

En otras decisiones, el Consejo:

  • Ratificó la resolución de la Cámara de Obispos del 17 de marzo por la cual pide que una comisión independiente explore las dimensiones canónicas, ambientales, de conducta y de procedimientos de asuntos que conlleven serias deficiencias de individuos que sirven como líderes en la Iglesia. La comisión, que debe ser nombrada por Jefferts Schori en consulta con Jennings, se supone que le preste especial atención a problemas de adicción y de consumo de substancias estupefacientes. El Consejo revisó el presupuesto de 2015 para incluir $150.000 para financiar la labor de la comisión.
  • Aprobó resoluciones por su Comité Permanente Conjunto sobre Promoción [o Defensa] Social e Interconexiones tocante a instar a los episcopales, así como a organizaciones gubernamentales y no gubernamentales a combatir la trata de personas, la persecución religiosa y el cambio climático.
  • Convino en exigir que todos los niños y el personal que participe en el Programa Infantil de la Convención General sea vacunado. Un niño puede ser exceptuado de la vacunación si presenta un certificado médico que dé fe que el estado físico de la persona excluye una o más inmunizaciones.

La reunión del 19 al 21 de marzo tuvo lugar en el hotel Radisson Salt Lake City Downtown.

Resúmenes de las resoluciones aprobadas por el Consejo en esta reunión pueden verse aquí.

Algunos miembros del Consejo enviaron mensajes por Twitter usando el código #ExCoun.

– La Rda. Mary Frances Schjonberg es redactora y reportera de Episcopal News Service. Traducción de Vicente Echerri.


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